Aun en las pausas del amor permanecían desnudos con las ventanas abiertas
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Cuando los padres de Nena Daconte regresaron a la casa, ellos habían progresado tanto en el amor que ya no les alcanzaba el mundo para otra cosa, y lo hacían a cualquier hora y en cualquier parte, tratando de inventarlo otra vez cada vez que lo hacían...
“El rastro de tu sangre en la nieve”, en Doce cuentos peregrinos
Llegaron a conocerse tanto mientras se le soldaban los huesos de la mano, que él mismo se asombró de la fluidez con que ocurrió el amor cuando ella lo llevó a su cama de doncella una tarde de lluvias en que se quedaron solos en la casa...
“El rastro de tu sangre en la nieve”, en Doce cuentos peregrinos .
Cuando los padres de Nena Daconte regresaron a la casa, ellos habían progresado tanto en el amor que ya no les alcanzaba el mundo para otra cosa, y lo hacían a cualquier hora y en cualquier parte, tratando de inventarlo otra vez cada vez que 1o hacían. Al principio lo hicieron como mejor podían en los carros deportivos con que el papá de Billy trataba de apaciguar sus propias culpas. Después, cuando los coches se les volvieron demasiado fáciles, se metían por la noche en las casetas desiertas de Marbella donde el destino los había enfrentado por primera vez, y hasta se metieron disfrazados durante el carnaval de noviembre en los cuartos de alquiler del antiguo barrio de esclavos de Getsemaní, al amparo de las mamasantas que hasta hacía pocos meses tenían que padecer a Billy Sánchez con su pandilla de cadeneros. Nena Daconte se entregó a los amores furtivos con la misma devoción frenética que antes malgastaba en el saxofón, hasta el punto de que su bandolero domesticado terminó por entender lo que ella quiso decirle cuando le dijo que tenía que comportarse como un negro. Billy Sánchez le correspondió siempre y bien, y con el mismo alborozo.
Ya casados, cumplieron con el deber de amarse mientras las azafatas dormían en mitad del Atlántico, encerrados a duras penas y más muertos de risa que de placer en el retrete del avión
El rastro de tu sangre en la nieve
Gabriel García Márquez
4 comentarios:
Me parece muy linda tu entrada,como todas las demas que tu, con tanto cariño nos regalas cada dia,arriba el animo preciosa.
UN BESO MUY GRANDEEEEEEEEEEEEEEEEE.
Gracias Geni , gracias por tu apoyo
Un besito
... entre-textos ... intra-imágenes ... me pierdo entre-ambas ... y me gusta lo que encuentro ... porque comparto tus gustos ... de lecturas ... varias
besos ... infantiles
.. con osito incorporado; por supuesto¡
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