Fotografía: Gianpaolo Barbieri |
No te des por vencido, ni aún vencido,
no te sientas esclavo, ni aún esclavo;
trémulo de pavor, piénsate bravo,
y arremete feroz, ya mal herido.
Ten el tesón del clavo enmohecido
que ya viejo y ruín, vuelve a ser clavo;
no la cobarde estupidez del pavo
que amaina su plumaje al primer ruido.
Procede como Dios que nunca llora;
o como Lucifer, que nunca reza;
o como el robledal, cuya grandeza
necesita del agua y no la implora...
Que muerda y vocifere vengadora,
ya rodando en el polvo, tu cabeza!
no te sientas esclavo, ni aún esclavo;
trémulo de pavor, piénsate bravo,
y arremete feroz, ya mal herido.
Ten el tesón del clavo enmohecido
que ya viejo y ruín, vuelve a ser clavo;
no la cobarde estupidez del pavo
que amaina su plumaje al primer ruido.
Procede como Dios que nunca llora;
o como Lucifer, que nunca reza;
o como el robledal, cuya grandeza
necesita del agua y no la implora...
Que muerda y vocifere vengadora,
ya rodando en el polvo, tu cabeza!
Almafuerte
*Pedro Bonifacio Palacios, conocido bajo el seudónimo de Almafuerte, nació en San Justo, prov. de Buenos Aires (Argentina) en el año 1854, se dedicó a la docencia durante la presidencia de Sarmiento, y causa de poemas en contra del gobierno fue destituido de su cargo. Entre sus obras importantes están: Evangélicas (1918), Poesías (1918) y Discursos (1919), todas publicas luego de su muerte en el año 1917 en Buenos Aires.